TRIGÉSIMA SEXTA ESCENA [+ extra]

Empiezo a sentir calor, abro los ojos y alcanzo a ver una luz que aparentemente sale de la nada, y desde la distancia me invita a acercarme, me quedo viéndola desde el lugar en que me encuentro sin poder descubrirla; de repente, identifico una inmensa llama y detrás de ella, en el fondo que me obsequia el horizonte, hay una mujer preciosa, trato de reconocerla en alguna de las mías, no lo logro, y sin embargo, me saluda con las manos que se alcanzan a ver muy delicadas, luego, suelta su mejor sonrisa y logro por fin identificarla dentro de mis recuerdos: era Sofía, ¿acaso se encuentra atrapada? Regreso mi vista y me doy cuenta de que estoy en medio de un gigantesco bosque totalmente en llamas, comienzo a sentirme también atrapado cuando veo que Sofía empieza a gritar desesperada, no hallo la manera de salvarla. Me doy cuenta de que el fuego de repente se extingue, creo que es a causa de mi deseo porque no le pase nada, me siento aliviado cuando veo que aquel peligro se aleja de su cuerpo, me reconforto nuevamente hasta que noto que las llamas empiezan a perseguirme, corro en medio de árboles y matorrales que caen incendiado a cada lado mío, entro en pánico al sentirme cerca de perder la vida. ¿En dónde carajos me encuentro? ¿Qué clase de lugar es éste? Continúo corriendo y siento que no avanzo, mi corazón por poco se sale del pecho, comienzo a gritar, y tampoco me escucho a mí mismo; de repente siento que al fin me muevo, vuelvo a abrir los ojos y me reconozco en la mitad de una terrible pesadilla, me salvé de quedar atrapado bajo las llamas del infierno; descansé, ¿y quién era la Sofía de mi sueño? Empiezo a buscarla dentro de los resquicios de mi memoria, hasta que por fin la identifico: aquella niña de hermosa sonrisa fue una de las pocas mujeres que en mi adolescencia no me había permitido tocarla, ni siquiera en pensamientos, y yo, por culpa del beneficio que me dio mi popularidad de aquella época, pude desnudarla frente a mis amigos y presumir de haberla llevado a la cama cuando en realidad mis juramentos habían sido una total y absurda mentira que me había servido sólo para satisfacer mi asqueroso ego; al recordarlo, empiezo a sentir náuseas, siento la necesidad de sacar aquel dolor que me quema por dentro, y ahora ¿cómo remediarlo? ¿Cómo recuperar la dignidad de la pequeña Sofía? Aquella niñas talentosa que cuando descubrió tan absurdas mentiras me sacó para siempre de su vida. ¿Y mi sueño? ¿Acaso Sofía quería vengarse de mi ignorancia en aquella época? Empiezo a sentir un pavor que no me deja poner en orden las ideas, me tiemblan las manos y el cuerpo, regreso la mirada hacia arriba, y veo que me encuentro en un lugar diferente a mi residencia, el techo se encontraba derruido y a punto de caerse en mis narices para asesinarme tontamente, las paredes estaban sucias, la ventanita de la esquina se encontraba tapada con una tela podrida, el ambiente, desagradable, y un olor penetrante de mugre, invadió mi cerebro para hacerme una nueva invitación a vomitar. Olvido mi sueño, me despierto por completo y me veo acostado en una cama pequeña con sábanas amarillas, la resaca no me deja pensar, mi cabeza se encontraba a punto de estallar, no me recuerdo a mí mismo el día anterior haciendo algo diferente, cuando veo entrar a la niña hermosa de ojos verdes que había despertado tanta tristeza en mi pecho; estaba de regreso en el cuarto; descansé de saber que nada grave me había ocurrido, o por lo menos pude recuperar mi alma en el cuerpo, al confirmar que no caí en manos de algún marica, de los miles que me habían asediado durante toda la vida, alce mis ojos al techo, le di gracias a Dios.

   -Cómo amaneció mi hombre? -me dijo Rebeca con voz tierna. Entre sus manos traía una bandeja con un delicioso desayuno que logró recuperar mi sentido del olfato, para ayudarme a olvidar mi sensación anterior. Parecía la mujer más feliz entre todas las que había conocido, jama´s pensé que una niña tan sufrida pudiera tener momentos tan increíbles de placidez.

   -¿Por qué estoy aquí? -le dije sin saber en realidad en qué momento me había quedado dormido. En verdad no recordaba mucho de la noche anterior. Me senté en la cama mucho más tranquilo.

   -Me pediste el favor de que te escuchara y te escuché, me contaste muchas historias de mujer hermosas y luego me pediste perdón de rodillas por lo que le habías hecho a tus novias -replicó Rebeca con ojos de alegría.

   -¿Te toqué? -le pregunté encontrándome muy asustado al pensar que le hubiera podido hacer daño.

   -No lo hiciste, y eso me hizo feliz -me respondió Rebeca mientras suspiré con un alivio único dentro de mí.

  -Cuando te estabas quedando dormido, muchas veces repetiste el nombre de Hanna, pero en la lista que me habías dicho cuando te encontrabas despierto, no la mencionaste, sólo hablabas de (Name) y Marie muy seguido, luego mencionaste a otra niña llamada Sofía, pero si mal no recuerdo, estuviste llorando mucho por las dos primeras -me dijo Rebeca mientras mi sentimiento de sorpresa empezaba a invadirme, creo que empiezo a mezclarlo con tristeza cuando me doy cuenta de que nuevas mujeres que se habían borrado de mi mente, aparecían para recordarme lo malo que había sido con ellas; luego sentí un poco de tranquilidad al pensar que lo logré esta vez con Rebeca, y finalmente pude respetar a una mujer hermosa, incluso encontrándome frente a su cuerpo desnudo, y sobre todo, tratándose de mi estado de ebriedad. Y pensar que mis recuerdos grabados tampoco me traicionaron en esta ocasión. ¡No puede ser! Me dije para mis adentros en esta ocasión mientras Rebeca continuaba contándome mi propia historia nocturna, y lo único que yo veía eran sus labios cuando de movían para explicarmelo todo con detalles;  ya no me interesaba escucharla, por primera vez empecé a sentirme liberado de la prisión masculina que me tenía atrapado desde hacía tanto tiempo, desde mis siete años cuando vi por primera vez a Rachel y luego a Britney, tan bellas e inalcanzables para mi niñez y después Valery, al perder juntos nuestra virginidad, y Josh y Taylor y Liliana y Elizabeth y Sofía y tantas hermosas y buenas mujeres que había maltratado con mis palabras, con mi ego, con mi cuerpo, e incluso, con mi existencia, y pese a todo eso, no podía recordarlas a todas; guardaba fotos de casi la mayoría, pero incluso, teniendo su imagen impresa, tampoco lograba acordarme de muchas. Llevo a mi boca la primera cucharada con mucho apetito, mientras descubro a Rebeca que empieza a observarme con sus ojos verdes lleno de amor, creo que nunca antes había identificado una mirada como ésa, me le acerco y me inspira a darle un beso tierno, ella correspondió, me sentí extraño al recordar algunas de las historias de mis amigos cuando me aseguraron que una prostituta nunca besaba en los labios.

   -¿Siempre besas a tus clientes? -le pregunté con ojos de sorpresa.

   -Nunca lo hago -confirmó mis sospechas.

   -¿Entonces por qué lo estás haciendo conmigo? -ella calló.

   En verdad, no quería escuchar su respuesta al sospechas que desgarraría mi alma, pues según los testimonios de mis amigos, una prostituta sólo besaba en los labios cuando se enamoraba. Me estremecí al pensar que de nuevo iba a romper un corazón de mujer buena, eso ya no podría pasar, al menos si se encontraba bajo mi responsabilidad; sacudí la mente cuando pensaba en la palabra prostituta, tampoco podría utilizar ese término para referirme a una mujer, pues ninguna lo era.
   Rebeca bajó la mirada, yo me asusté, no sabía cómo actuar para no lastimarla, empiezan a llegar a mi mente las imágenes de los llantos de mis amigas, lágrimas que rodaron por mi culpa sin haberme importado nada, esta vez empezaban a desgarrar mi pecho. No podría permitir que una situación de éstas estuviera pasando frente a mis ojos. Creo que sin pensarlo, me había convertido en un hombre diferente, y ahora, ¿cómo podría remediar este llanto?
   Me acerco a Rebeca, levanto su mentón con mis manos y descubro aquella lágrima que sabía por primera vez me haría daño la abrazo tiernamente.

   -Gracias, Tom, por ser tan bueno, nunca antes ningún hombre me había tratado tan bien, siempre me han pagado por mi cuerpo, nunca ha llegado siquiera a escucharme, a compartir mi tristeza. Gracias Tom porque me haz hecho feliz como antes lo había sido desde que empecé a trabajar en esto, eres un hombre maravilloso -en aquel instante sentí que sus palabras desgarraban cada poro de mi cuerpo, en realidad creo que en esta ocasión era mi alma la que vibraba, no era placer lo que sentía, no era dolor físico, no era amor, no mi ego levantado como el  pavo real de mis anteriores experiencias, no era ninguno de los sentimientos vividos, era algo distinto, inexplicable con apalabras, era un arrepentimiento que empezó a golpearme y a debilitarme muy fuerte, eran los pensamientos que me aglomeraron en ese momento y no me permitieron decir ni una sola palabra. Esta vez fui yo quien bajó la mirada, no me sentía capaz de sostener mis ojos y encontrarme con los suyos, mi alma se encontraba derrotada, me sentía el peor de todos, empecé a convencerme a mí mismo de que yo podría ser uno de los peores si es que no lo era; y mis amigos, pobres estúpidos que no entendían, que no respetaban a las mujeres que los habían amado y habían creído en ellos; ¡qué tonto fui! Me dije para mis adentros. De repente, empiezo a recriminarme por mis actos y comienzo a llenarme de rabia con mi vida, era un hombre frustrado e inútil; y pensar que estaba siendo halagado por una mujer tan buena, tan pura y vulnerable a tantos cabrones como yo, la volvían pedazos a diario, con cada paso del tiempo, con cada hora, en cada minuto o segundo, yo me había convertido en un asco sumado a todos aquellos hombres que con su ego eran idénticos a mí, ¡qué desgracia la de este planeta! Volví a repetirme iracundo, no sabía cómo hablarle a Rebeca mientras ella empezaba a notar un cambio en mi semblante y mi rostro se tornaba rojo de ira.
   -¿Te pasa algo Tom? -me pregunto nerviosa.
   -Nada chiquita, no te preocupes, no es por ti, sólo que me está cayendo mal esta resaca , pero pronto pasará -me levanté, cogí mi ropa y empecé a vestirme.
   -¿Me vas a dejar aquí? No lo hagas, por favor, quiero ser diferente, ayúdame, Tom, yo sé que eres un hombre bueno y puedes hacerlo -esas palabras llegaron a mi mente nuevamente como puñal para mi alma. ¿Ahora, cómo podré ayudarla? ¿Y mi amor por Hanna? Comienzo a desesperarme.

  Rebeca empieza a llorar muy fuertemente acurrucada en posición fetal sobre la cama, no sé que hacer, de repente, comienzan a llegar a mi mente nuevas ideas para ayudarla. Al menos ya vivía solo, y no tendría a mi madre recriminándome por ayudarle a lo que según su santidad calificaría como la perdición en el infierno. Al menos, ya me había liberado de mi condición de patán irreemplazable por ninguno de lo que se encontraran dentro de la lista de los peores del mundo. Intenté relajarme y pensar con la cabeza fría.

   -Vístete, Rebeca, que nos vamos, voy a sacarte de este apestoso, vas a recuperar tu vida -le dije mientras buscaba en mi mente alguna solución útil que no pudiera afectar mi nueva situación con Hanna.

   Rebeca se levantó emocionada, se tiró en mi brazos, me llenó de besos.

   -Te amo, te amor, te amo, te amo -empezó a gritar por el cuarto, tiraba la ropa hacia el techo, brincaba en la cama como niña de dos años, daba muchas vueltas encima de ella, gritó, gritó y gritó y finalmente me contagió su emoción. Por primera vez en mucho tiempo, es decir, luego de mi presentación de baile con Hanna, no me había sentido tan emocionado por algo que realmente fuera importante y que valiera la pena. Decidí abrazarla, sentí por primera vez que me revindicaba con el mundo, con la vida, con mis amigas, con las mujeres, en ese instante no pensé en Hanna, ni en nuestra danza, ni en nada. Me sentí muy lleno por dentro. Recuperado, pude olvidarme de mis amigos, y cuando en segundos pasaron por mi mente, me reí de ellos, del mundo, de mi propia vida basada, incluso de mi santa madre, que bien me invitaba a cuestionar sus pensamientos desde este preciso momento, cuando yo empezaba a reconocer los verdaderos valores humanos y los de las mujeres, sin importar sus errores y su falta de oportunidades. Me sentí renovado. Por fin sentí dentro de mi pecho que realmente estaba sano.




Oh, soy mala con ustedes: nunca les agradezco sus comentarios. Esta vez si lo haré: muchas, pero muchas gracia por sus comentarios :3. Me gusta mucho leer lo que comentan xD, de hecho, hasta me da mucha gracia. En serio, gracias, gracias, gracias.
Pensaba que, cuando terminara esta adaptación, dejaría el mundo de los fan-fictions (solo en blog. Lo que yo escribo es solo para que yo lo lea adadasd).. pero ustedes me dan muchos ánimos.. así que haré otro fic más y hasta ahí xD. Les explico de rápido: les vengo ofreciendo CUATRO propuestas (eso sonó de señor vendiendo en la calle jaja) de fics. Iré posteando una "reseña" de cada fic que tengo planeado cada cuando suba un capítulo de esta adaptación, luego haré una pequeña encuesta y ya eligirán. Les voy a poner la primera "reseña" del primer fic :B.

1•Different world: el mundo se encuentra dividido por cuatro diferentes naciones: la nación negra, la nación blanca, la nación roja y la nación marrón. (Tú) pertenece a la nación blanca, la más peligrosa y poderosa de todas, pero Xxx *OJO: PUSE ESTO PARA QUE NO SE SEPA QUIEN ES EL PRINCIPAL (BILL O TOM) Y SEA 'SORPRESA'* pertenece a la nación marrón: la segunda más poderosa.
Un secreto los tiene estrechamente relacionados más de lo que se imaginan. Ha estado oculto desde que tienen cuatro años.
(Tú) en el día es una buena estudiante, hermosa y seria: estudió en una de las mejores escuelas primarias del mundo... ¿Cómo renunciar al mundo que la tiene reprendida durante la noche?
Xxx es el mejor amigo de (Tú). Buen estudiante y guapo. ¿Qué tal tomara la noticia sobre la verdadera (Tú) y ese gran secreto?

Gracias. En el siguiente capítulo pondré el "resumen" del fic que tengo planeado :3.